miércoles, 17 de junio de 2009

Siria: Sus tradiciones, sus gentes y su luz.

Ecos de su legendario pasado despiertan nuestra curiosidad; desde el influjo de fabulosos relatos de poderosos sultanes, bellas princesas que habitan palacios de ensueño, valerosos guerreros y fantasía de alfombras voladoras…

Pero, este milenario país es mucho más… SIRIA guarda celosa la memoria viva de antiguos pueblos que la honraron como cuna de civilizaciones. Siempre ha sido encrucijada de caminos abiertos al viajero que explora y ama la fascinación por la aventura. Aún podemos imaginar en estas carreteras, reatas de camellos conducidas por expertas manos que siguen el rastro de la ruta de la seda y confortables caravasares donde los camelleros reponen fuerzas para continuar la marcha.

… Nuestro avión toma tierra después 5 horas de vuelo. Damasco nos abre las puertas de su afamada hospitalidad; a nuestro paso nos reciben las acogedoras manos de sus gentes, ¡sed bienvenidos amigos viajeros¡. Nuestras sonrisas florecen y contamos a Kabir, el guía, que este sincero saludo despeja nuestras dudas. Nos esperan días apasionantes…, como dicen mis compañeros, de las Mil y Una Noches.

Cuando hablamos con un damasceno, nos hace saber orgulloso que “ la Ciudad Vieja es uno de los lugares habitados más antiguos del planeta”.

Difícilmente hallaremos otra ciudad en el mundo que concentre tanta historia en un espacio tan reducido como en la Ciudad Antigua de Damasco que aún conserva la esencia romántica de oriente en sus múltiples bazares y callejuelas, alminares, mezquitas y patios, en los vendedores callejeros y en sus cafés, rivalizando con la metrópoli activa actual, sin perder el refinado espíritu de los Omeyas y la gallardía del guerrero Saladino.

Es hora de explorar: Perdidos voluntariamente en el laberinto de la Ciudad Vieja, encontramos la cafetería AL-NAWFARA, asombrándonos por la habilidad del contador de historias para cautivar al público; sus ojos y sus manos hablan el lenguaje universal del arte de comunicar sensaciones; por unos instantes nos sentimos protagonistas de sus cuentos…

Los platos más sabrosos de oriente, pudimos degustarlos anoche en un pintoresco restaurante que ocupa el jardín de una antigua mansión, amenizando nuestro parloteo y risas, el rumor de las aguas cantarinas de una fuente, ¡qué festival gastronómico ¡, shish tauk, kefte, yabrak, samak y la sinfonía vegetal de una mezze (ensalada). Asesorados al tomar los postres, degustamos kul ua shkur llamado popularmente, (come y agradece), son sabrosos pastelillos de hojaldre rellenos de pistachos, almendras y… ¡ deliciosos!.

No dejamos de maravillarnos ante la magnitud arquitectónica de la mezquita de los OMEYA, uno de los edificios más notables del Islam, ni de admirar la fastuosa decoración de palacetes y antiguas casas damasquinas, ¿qué guardados secretos custodian sus puertas ?

Llega el momento tan esperado de regatear el precio de artesanías en las tiendas de calle Recta, Kabir nos dice que tenemos que ejercitarnos más, que este diálogo comercial o “regateo” es todo un tratado de psicología y buenas costumbres. Y así, participando del animado ambiente, nos sumimos en el ajetreo del zoco al-Hamidiyya, todo un deleite para nuestros sentidos. No resistimos el impulso goloso y compramos pistachos y dátiles. Otro día encontraremos la bombonería Ghraoui, considerada la más prestigiosa del mundo. Al descender de la Ciudad Vieja nos quedamos mudos contemplando la luz perfecta de la tarde. Despertamos del asombro, es hora de preocuparnos del cuidado de nuestro cuerpo y entramos en un hamam recomendado, ¡qué experiencia tan gratificante!, disfrutamos como niños de las delicias del agua en nuestros cuerpos y las múltiples sensaciones de un masaje balsámico que reconforta. Relajados y dispuestos a vivir los misterios de la noche, nos encontramos en la zona más animada de la ciudad.

Damasco se despierta, una nueva luz desvela los secretos mejor guardados de este gran museo al aire libre lleno de vida y nuestro entusiasmo crece, Kabir nos conduce con sus amenas explicaciones al palacio Azem, Museo Arqueológico Nacional, Capilla de Ananías, Ventana de San Pablo, la Puerta Este (Bab-ash-Sharqui) y la Puerta de Tomás (Bab Touma). Las palabras no son suficientemente expresivas para describir nuestros sentimientos… hay que estar aquí para vivir cada momento.

Recordamos las esclarecedoras palabras de un humanista: “EL PLACER DE VIAJAR POR SIRIA, CONSISTE EN DETECTAR LAS INFLUENCIAS Y DEJAR QUE CADA VIAJERO COMPLETE ESTE IMPRESIONANTE PUZLE, AUNANDO LAS COSTUMBRES, LOS MITOS, MONUMENTOS, LA COCINA Y SOBRE TODO, GOZAR CADA MOMENTO DE LA CALIDEZ DE SUS GENTES”.

Todos estamos deseosos de llegar a Palmira, próximo enclave que por unos días será nuestra residencia.

Camino de Palmira nos detenemos en MAALULA, las cámaras digitales capturan una vista impresionante de su entorno, las casas de esta ciudad encantada cuelgan de las paredes de un acantilado; nos dicen que los lugareños aún hablan en lengua aramea...

Nuestra espera tiene su recompensa, ¡ya estamos en el oasis de PALMIRA!. Nos habían anticipado que esta ciudad, capital de la reina Zenobia, era uno de los lugares arqueológicos más bellos del mundo y podemos dar fe de ello. Después de una deliciosa comida, asistimos a la mejor representación clásica admirando en su escenario, la gran Columnata, el Arco Monumental, el Agora, el Tetrapilon, el Teatro, los templos de Bel, Baal Shamin y Nabo y el Valle de las Tumbas con sus sepulcros en forma de torre y sus hipogeos (antiguas cámaras subterráneas de enterramiento).

Te saludamos KRAK DE LOS CABALLEROS, con el mismo respeto que tiempo atrás lo hicieron aquellos aventureros del espíritu. Esta inexpugnable fortaleza fue sede de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén durante las cruzadas.

Y para nuestro deleite, otra visita entrañable. El autobús se detiene en SERJILLA, muestra de una de las 300 Ciudades Muertas del Norte que data del S. VI. A.C.

Por fin, entramos en ALEPO; nos explican que esta ciudad detenida en el tiempo, constituye el punto de encuentro entre Oriente y Occidente. Como lo hicieran antaño nobles viajeros, accedemos a la ciudad por la puerta be-Bantakia. Al momento, la intensa luminosidad de su cielo atrapa por completo la atención de nuestras miradas, comprobamos que Alepo viste sus mejores galas como el día que fue declarada Patrimonio Mundial.

Situados en la Plaza del Reloj que aún conserva lo auténtico dentro de un oasis en calma. Es el momento ideal para tomar un refrigerio y ordenar por intereses la agenda de estos días. Visitamos, La Ciudadela: Desde su atalaya se observa una magnífica perspectiva de toda la ciudad. El Arrabal de Jdeia. El Museo de Tradiciones Populares. La Mezquita Sharaf, El Caravasar al Jumruk. El Zoco cubierto, que exhibe una bellísima arquitectura. Si pasáis por aquí, no olvidéis adquirir pañuelos beduinos (cefie) y túnicas ligeras (yalabie). Su afamada Estación Termal, nos habla de que fue parada obligatoria del mítico Orient Express.

Siguiendo nuestras visitas, llegamos a San Simeón, una de las ciudades muertas donde se alzan los restos de la catedral bizantina de San Simeón el estilita, edificada en el siglo V alrededor de la columna donde vivió el monje durante cuarenta años.

Una sorpresa nos aguardaba en la calle al-Yarmour. Acomodados en una terraza ajardinada degustamos las distintas variedades de zumos naturales y compartimos agradablemente nuestras impresiones del viaje. Todos estuvimos de acuerdo en volvernos a perder “voluntariamente” por los encantos de la animación nocturna que ofrece esta seductora ciudad.

¡ qué jornadas tan alucinantes !.

Y como en todo bonito cuento, estamos leyendo la última página en contra de nuestros deseos. La visión de la ciudad de APAMEA es como un sorbo de agua fresca que nos devuelve el entusiasmo por la acción, queremos despertarla del fondo de la arena donde duerme y restituirle el esplendor que le diera Seleuco, general de Alejandro Magno. Esta ciudad greco-bizantina nos muestra la grandiosidad de su columnata compuesta de 1000 columnas, dejando constancia que es una de las más bellas de la antigüedad clásica.

Junto a nuestros valiosos recuerdos, guardamos en un precioso frasquito de cristal, la esencia destilada de los días vividos y compartidos en Siria y en nuestro corazón, la sonrisa hecha máxima del poeta que nos dice... Salomé, “Deja que todo te suceda, la belleza y el encanto”.

¡Hasta siempre amig@ viajero!

¡SHUKRAN , Siria!.